Noticias

Como saber si tu perro tiene leishmaniosis

Leishmaniosis ojos de perro

La leishmaniosis canina, considerada endémica en toda la zona mediterránea, representa un conjunto de enfermedades infecciosas causadas por protozoos. Se trata de una de las patologías más comunes y peligrosas en los caninos, cuya causa es una enfermedad infecciosa provocada por la picadura de los mosquitos de la arena.

Aunque esta forma de contagio no es la única demostrada, puede haber otras picaduras entre los perros infectados, de forma venérea, a través de la sangre o de la madre a los cachorros, la mayor incidencia es la infección por picadura.

La presencia del mosquito y, en consecuencia, el riesgo de contagio de la enfermedad varía mucho según la zona geográfica y el tipo de clima que la afecte. Así, las altas temperaturas, los mayores niveles de humedad, el hacinamiento y la falta de agua regular, aumentan significativamente los riesgos para los perros.

Una cuestión clave es cómo saber si el perro está infectado con esta infección. Más allá de si está o no en una zona de riesgo y de si sabe que ha habido otros casos en la zona, para estar seguro de si su cachorro está infectado, debe tener en cuenta los siguientes indicadores:

Esperanza de vida de la leishmaniosis canina

El tratamiento eficaz de la leishmaniosis canina requiere que sigas al pie de la letra las instrucciones de tu veterinario, no sólo para prevenir recaídas, sino también para evitar que tu fiel compañero se convierta en una fuente de la enfermedad.

Los sabios dicen: «más vale prevenir que curar». Por desgracia, a veces nos encontramos en el lado equivocado del dicho. La leishmaniosis está causada por el protozoo Leishmania, y es transmitida por el flebótomo, un pequeño insecto que acecha prácticamente en toda España. Aunque esta enfermedad se puede prevenir (con collares repelentes de insectos y la vacunación), tu perro podría contagiarse si, por ejemplo, no conocías las medidas de prevención o rescataste a tu mejor amigo de la calle. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo evitar que la leishmaniosis se convierta en un problema mayor? Aquí te lo explicamos todo en una guía sencilla y práctica.

Esta enfermedad puede presentarse de diferentes maneras: desde lesiones cutáneas hasta peligrosas manifestaciones sistémicas, como la insuficiencia renal. Como los síntomas de la leishmaniosis no son específicos, se necesitan pruebas de laboratorio para el diagnóstico. Sin embargo, los más comunes son la pérdida de peso, la fiebre, la diarrea, la pérdida de pelo (especialmente alrededor de los ojos, el hocico y las orejas), los vómitos y las hemorragias nasales.

Tilbakemelding

La leishmaniosis es una enfermedad estacional y endémica que, dependiendo de la zona en la que haya estado tu mascota, puede tener más posibilidades de contraerla. Por ejemplo, habrá más posibilidades de que tu perro se contagie si vives en lugares con mucha humedad y calor.Es un problema de salud que puede ser muy duro para tu mascota y para ti como su dueño. Debes tener paciencia y recordar que necesitarán un tratamiento para aliviar los síntomas y tendrás que realizar controles constantes a tu mascota para evitar nuevos brotes después de iniciar el tratamiento.La leishmaniosis no tiene cura y tienes que recordar que si tu mascota recibe tratamiento no significa que no vuelva a padecerla. Si tu perro tiene leishmaniosis será de por vida y requerirá una supervisión médica constante, es un hecho que debes aceptar con cariño y responsabilidad.Sin embargo, también es importante que si tu perro tiene leishmaniosis no pueda transmitirla a otros perros o a los humanos, por lo que no hay ningún problema en este sentido.

Pruebas de leishmaniosis en perros

La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria que se encuentra en partes de los trópicos, subtrópicos y el sur de Europa. La leishmaniasis está causada por la infección de parásitos de Leishmania, que se propagan por la picadura de moscas de la arena infectadas. Hay varias formas diferentes de leishmaniasis en las personas. Las formas más comunes son la leishmaniasis cutánea, que provoca llagas en la piel, y la leishmaniasis visceral, que afecta a varios órganos internos (normalmente el bazo, el hígado y la médula ósea).

Algunas personas tienen una infección silenciosa, sin síntomas ni signos. Las personas que desarrollan evidencias clínicas de la infección tienen una o más llagas en la piel. Las llagas pueden cambiar de tamaño y aspecto con el tiempo. Las llagas pueden comenzar como pápulas (bultos) o nódulos (protuberancias) y pueden terminar como úlceras (como un volcán, con un borde elevado y un cráter central); las úlceras de la piel pueden estar cubiertas por costras. Las úlceras suelen ser indoloras, pero pueden ser dolorosas. Algunas personas tienen los ganglios inflamados cerca de las llagas (por ejemplo, bajo el brazo, si las llagas están en el brazo o la mano).